En el sureste de Francia se encuentra la región de Languedoc-Roussillon, un conjunto de pueblos, ciudades y lugares ideales para perderse durante las merecidas vacaciones en el país galo. Un rincón de Francia donde disfrutar de la historia, la fiesta y el maravilloso mar Mediterráneo. Descansando en uno de los apartahoteles Languedoc-Roussillon será el destino ideal para dejarse llevar por todo lo que ofrece.
Por un lado, se pueden visitar las extensas playas de arenas blancas, a orillas del Mediterráneo. Son unos 220 kilómetros de costa, donde se disfruta de una excelente climatología y todos los servicios que necesitáis para pasar unas vacaciones estupendas.
No es el único aliciente que tiene esta región, ya que parte de su territorio incluye una zona montañosa, los Pirineos Orientales, que durante la temporada invernal cuenta con 200 kilómetros de pistas de esquí. Entre la zona montañosa y la playa, podéis disfrutar del macizo de Cévennes, la meseta de Aubrac, los bosques de la Margaride y las gargantas del Tarn, en Lozère.
Montpellier, la capital de la región, es el lugar ideal donde encontrar alojamiento, ya que es la principal población, y eligiendo sus apartahoteles Languedoc-Roussillon se disfruta más, con todos los alicientes que ofrece una ciudad, y con todas las pequeñas maravillas que se pueden visitar cerca y accesibles.
París se encuentra a solo tres horas, gracias al Tren de Alta Velocidad, y el aeropuerto de Montpellier es la puerta de entrada desde otros países.